Soy una gran fan de las infografías, creo firmemente en el poder de la imagen y los colores para retener y hacer que algo llegue a las regiones más profundas de nuestro cerebro (coloquialmente hablando, no sea que me asalte algún psicologuillo, neurologuillo, neurocientifiquillo por ahí). Así que no podía menos que subir una infografía que mostrase bien a las claras por qué deberíamos acudir a una terapia psicológica.
No obstante, he de admitir que este no es de mis favoritos porque, a veces, la razón para ir al psicólogo no tiene por qué presentar un componente negativo, no tiene necesariamente que estar motivada por un estado patológico. En algunos países es habitual acudir al psicólogo no sólo para no estar mal, sino para estar mucho mejor, para que nos ayude a explotar nuestro potencial sin que el estado previo sea déficit. Lamentablemente, respecto a este último papel del psicólogo, han surgido en los últimos años diversos perfiles pseudoprofesionales como el del coach con su infinidad de apellidos (coach de vida, coach de bienestar, etc.) que, una vez más, nos devuelve con una fuerza inmisericorde la realidad más que habitual del intrusismo en esta profesión.
Para acabar, un último psiconsejo: si vas a acudir a un profesional en busca de cualquier tipo de ayuda, ya sea un psicólogo, médico, fisioterapeuta, (¡incluso un coach!)…, asegúrate de saber qué es lo que quieres conseguir, que ese profesional es adecuado para tu objetivo y que tiene el respaldo de una autoridad oficial y fiable (en los Colegios Oficiales de cada profesión puedes consultar información sobre los mismos).
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Fuente de la imagen: Pinterest.