«Que la vida me perdone las veces que no la viví
Que la vida me perdone las veces que no la viví. Que me perdone los momentos en los que el miedo se adueñó de mí. Que me perdone aquellos pasos que no seguí por no desviarme de mi camino, llano y seguro, por no desviarme de aquello que ya conocía, por miedo a sufrir.
Que la vida me perdone por todo lo que he dejado de hacer. Por todo lo que he perdido al ser desconocido y por mí temido, al salirse de mi zona de confort. Que la vida me perdone por dejar de ser yo misma buscando mi camino, en lugar de pisar por el que otros ya habían recorrido.
Que la vida me perdone por mirar continuamente al pasado y recordar todo aquello en lo que me había equivocado. Y que también me perdone cuando miraba al futuro preguntándome por todo aquello que con otras decisiones en la vida yo podía haber sido.
Que la vida me de fuerzas para aprender
Ahora que sé esto que escribo, que la vida me de fuerzas para aprender de estos errores que he cometido. No pretendo encadenarme a los recuerdos de aquello que ya he vivido. No pretendo sufrir sin sentido, y aunque sé que la vida dista mucho de ser un camino de rosas, lo que pretendo es no volver a equivocarme siempre con lo mismo.
Pretendo reír hasta que las lágrimas se apoderen de mí o me duela la cara de pasar tanto tiempo así. Pretendo luchar por mis sueños hasta que de ellos sea su dueño. Pretendo hacer las cosas a mi manera y no preocuparme porque lo que haga en un futuro duela; nunca se sabe, no soy adivina, igual simplemente no duela nunca lo que ahora viva.
Que la vida me perdone y me dé tiempo para hacer todo lo que quiero
Pero, ante todo, que la vida me perdone por el tiempo que he desperdiciado mirándome al ombligo, preguntándome si todo podía cambiar, pero sin hacer nada para conseguir mi cometido. Y por eso, le pido a la vida que me perdone y me dé tiempo para que ahora que entiendo todo esto, pueda hacer todo lo que quiero y merezco.
Ahora he comprendido que solo si yo actúo y decido, las cosas cambian en cualquier sentido. Puede ser bueno o malo, pero quedarse donde estás por miedo a lo desconocido no ayuda a obtener las recompensas que crees que en tu vida has merecido.
No es más sabio el que menos sufre, sino el que no se rinde a pesar de lo sufrido. El que se mueve buscando un nuevo sentido a su vida. El que, aunque tiene miedo no duda en conquistarlo para lograr conseguir una nueva vida. El que sabe que, si no te mueves caducas, y si caducas te arrepentirás de no haberte movido.
Sé valiente y vive. Sé valiente y salta, corre, lucha, ríe y llora. Sé valiente ante el mundo porque para eso has nacido. Sé tú y no le tengas que pedir perdón a tu vida. Porque aquello que no hayas vivido no vuelve a ti día tras día. Solo tenemos una vida ¡Haz que cuente! y elige como vivirla.»
Fuente: Lorena Vara González. La Mente es Maravillosa: «Que la vida me perdone las veces que no la viví.»
Pingback: “Lo que cuenta no son los años de tu vida, sino la vida de tus años.” – El Otro Lado del Diván